Los jóvenes turistas franceses son presa fácil para el capo marroquí local, a la caza de culos. Ve a dos de ellos de excursión y los invita a su casa. Los jovencitos están ansiosos por experimentar la hospitalidad marroquí. Cuando llegan, se encuentran chupando pollas, lamiendo culos y terminan follados a diestro y siniestro por el anfitrion y su amigo.