Un joven futbolista está descansando en un banco de un parque cuando ve frente a él a un cachas en cueros y vaqueros ajustados. Los dos empiezan a mirarse mientras se llevan las manos a la entrepierna. Un par de sonrisas bastan para que se levanten y se dirijan a un lugar tranquilo... El futbolista es pasivo y está hambriento de polla. ¡Va a conseguir lo que busca !